El consumo de alimento balanceado en pollas ponedoras es un indicador clave del estado sanitario, genético y ambiental del lote. Este parámetro determina directamente el crecimiento, desarrollo del aparato reproductor y uniformidad corporal, factores esenciales para alcanzar un inicio óptimo de postura.

Durante la etapa de crianza y levante (0 a 18 semanas), el consumo varía según la edad, temperatura ambiental, densidad poblacional y calidad del alimento. En promedio, una polla de línea liviana consume entre 6.5 y 7.5 kg de alimento total hasta el inicio de postura.

El alimento debe ser nutricionalmente equilibrado, garantizando niveles adecuados de energía metabolizable, proteína cruda, aminoácidos esenciales, calcio, fósforo, vitaminas y microminerales, ajustados a la fase fisiológica. Un bajo consumo puede indicar problemas de palatabilidad, temperatura excesiva, agua deficiente o estrés ambiental.